Pedro
Nos quedamos por cinco días más y dejé que Paula conociera a su hermano. Gonzalo fue mucho más fácil de tolerar una vez que me di cuenta de que no se fijaba en Paula de manera sexual. Sólo estaba interesado en su hermana. Entendía eso.
Pero también estaba feliz de empacar e ir a casa. Sólo faltaban tres semanas para Navidad y quería pasarlo en Rosemary con ella. En nuestra casa. Y también quería ponerle mi apellido y golpear mi pecho como un jodido hombre loco.
Paula había ido directamente a la cama cuando llegamos a Rosemary.Sonrió alegremente cuando entramos, luego me miró y me dijo que a no ser que sólo quisiera abrazarla, o dejarla sola, tomaría una siesta.
Estaba verdaderamente seguro de que no sería capaz de sólo abrazarla, así que simplemente me quedé en la planta baja y disfruté de estar en casa.
Cogí un refresco del refrigerador y salí para sentarme en la plataforma y disfrutar el golfo.
Lo había extrañado. Ni siquiera me había acomodado cuando oí la puerta detrás de mí abrirse.
Federico salió y asintió hacia mí antes de sentarse a mi lado. No habíamos hablado desde el día antes de Acción de Gracias, cuando lo llamé por Daniela.
Había estado ocupado y estaba seguro de que estaba evitándome. Aparentemente, el radar de Rosemary estaba funcionando, porque no habíamos llegado hace más de
treinta minutos y ya estaba en mi casa. Ni siquiera me había dado cuenta de que Federico estaba en el pueblo. Normalmente pasaba sus inviernos esquiando.
La última vez le oí decir que estaba dirigiéndose a Vail.
—¿Cómo está? —fueron las primeras palabras que salieron de su boca.
No estaba preguntando por Paula. Sabía por el tono triste en su voz que esto era sobre Daniela. —Jodidamente mal. Ya lo sabes.
Federico dejó escapar un suspiro y cruzó sus tobillos. —Sí, lo sé. Pero la llamé anoche porque estaba borracho, débil y comportándome como un idiota. Tu madre respondió. Dijo que Daniela estaba consiguiendo ayuda.
—Trató de meterse una sobredosis. La encontré y la llevé al hospital a tiempo.
Estaba bien físicamente, pero mentalmente, está rota. Mateo es una mierda como padre y Carolina lo sabe, pero Daniela no lo aceptaría de la manera en que Caro lo hace.
—¿Quién es Carolina? —preguntó Federico y me di cuenta de que había partes de mi vida que ni siquiera Fede conocía. Había mantenido mi vida en Rosemary separada de mi vida con mi padre.
—La otra hija de Mateo. La única de la que se ocupó. Bueno, por lo menos la dejó con su abuela, quien la amó lejos de su jodido mundo.
Carolina era su brillante juguete que iba a buscar de vez en cuando y luego la devolvía a su abuela cuando ser papá se interponía en el medio. Funciona para él porque Caro es tranquila, educada, y permanece fuera de su camino. Daniela no es ninguna de esas cosas. Así que, no tiene necesidad de ella.
Federico soltó un profundo suspiro. —Maldito.
Maldito no estaba ni siquiera rasguñando la superficie.
Nos sentamos en silencio durante un rato, mirando hacia el agua. No estaba seguro de cuán enamorado estaba de Daniela, pero esperaba que pudiera alejarse. Ella no era estable. Nunca lo sería. No lo suficiente para hacer a Federico feliz.
—¿Vas a casarte pronto? —preguntó Federico finalmente.
Sonriendo, pensé en Paula acurrucada en mi cama en el piso de arriba…nuestra cama. —Sí. Cuando despierte de su siesta le dejaré saber que tiene una semana para planearlo. No puedo esperar más tiempo. Ya he esperado suficiente.
Federico se rió entre dientes.
—Voy a ser el padrino, ¿cierto?
—Por supuesto. Temo que estarás atascado con Isabel como compañera, por lo que tendrás que estar listo para tener a Jose respirando en tu cuello como un loco hijo de puta. No tengo ninguna duda de que Isa será su dama de honor. La otra opción sería Marcos, y dudo que quieras que manosee tu culo.
—Puedo tratar con Isabel y Jose — respondió Federico entretenido—. Pero,
¿Marcos va a ser realmente una dama de honor?
Sonreí y asentí. —Sí. Ella le preguntó la primera vez que comenzamos a planear la boda.
Había dejado pasajes de avión con Miguel y Gonzalo antes de irnos. Paula quería a su padre aquí y después de observarla a ella y a Gonzalo conocerse el uno al otro, sabía que querría a su hermano también. Ambos estuvieron de acuerdo en venir en una semana. Paula aún no sabía sobre eso. No estaba de humor para discutir con ella en caso de que tuviera una razón para posponerla.
—¿Daniela vendrá a la boda? —preguntó Federico.
Nunca imaginé que me casaría sin mi madre y mi hermana en la lista.
De cualquier manera, no quería que nada arruinara nuestros recuerdos de boda para Paula, y sabía que ellas de alguna manera se las arreglarían para hacer exactamente eso.
No lo permitiría.
—No. No puedo tenerla aquí. Aún odia a Paula—contesté.
Federico asintió y sus hombros se relajaron. No quería verla. Era demasiado obvio. No podía culparlo.
—Sabes que el idiota de Antonio se va a casar con esa chica de Nueva York que quieren sus padres. No está comprometido aún, pero lo estará pronto. Me confesó, borracho, que si quería el club tenía que casarse con ella. Su padre está obligándolo. Va a ser miserable con esa mujer estirada.
Odiaba eso para Antonio. Sabía lo que se sentía anticipar tu boda y el resto de tu vida con la mujer que amabas. Todos deberían conocer ese sentimiento. Casarse con arrepentimiento y amargura no era la mejor forma de hacerlo.
—Su elección, supongo. Podría siempre decir no.
—¿Y salir corriendo como Pablo? Ese tampoco es un gran plan —respondió Federico.
Pablo era unos pocos años mayor que nosotros. Era el primo de Jose y todos lo admirábamos. Luego sus padres lo presionaron a encabezar la vida que ellos querían y él salió huyendo. Dejando sus millones atrás, y salió jodidamente corriendo. Se convirtió en inmortal ante nuestros ojos de jóvenes porque tuvo las pelotas para decir: ¡Vete a la mierda! E irse.
Ahora éramos adultos, entendíamos más sobre el sacrificio que hizo. Sólo esperaba que fuera feliz.
—Una mejor elección que casarse con una mimada perra —dije.
—Cierto. —Se detuvo y alcanzó mi refresco para tomar un trago. El imbécil sabía que no bebería ahora—. ¿Cómo está tu padre?
—Igual. Bebe y fuma demasiado. Tiene sexo con desconocidas mujeres de mi edad. Conoces la rutina.
Federico sonrió. —Sí. Pero qué vida.
No era vida en absoluto, pero sabía que Federico no estaría de acuerdo conmigo, así que lo dejé pasar. Él no había encontrado a alguien como Paula así que no tenía una idea de cuán superficial era la vida de mi padre. Cuán solitaria.
—Todos saben que regresaron al pueblo. ¿Tienes ganas de compañía esta noche?
No. Quería a Paula toda para mí mismo. Habíamos estado compartiendo un bote con su padre por cinco días demasiados largos.
—No esta noche. Paula necesita dormir.
—O tú sólo necesitas a Paula. Sé honesto, hermano.
—Sí, necesito a Paula —respondí con una sonrisa.
Buenísimos los 4 caps!!!!!!!!!!!
ResponderEliminarMuy buenos capitulos, confieso que me enganche con la novela estas dos semanas y me la debore. Hermosa historia nos esta contando Carmen, gracias.
ResponderEliminarMuy buenos capítulos!! Ojala llegue la armonía a la familia de Paula y Pedro!!
ResponderEliminarmuy buenos los 4 cap me encnataron besos
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