lunes, 16 de diciembre de 2013
CAPITULO 50
Permití que me dirigiera por el camino hacia mi camioneta. —¿Me dejarías llevarte con mi abuela? Tiene una habitación de invitados y le encantaría que te quedaras allí. Está muy sola en esa casa. Incluso me llamaría menos si tiene algo de
compañía.
Carmen era la madre de la madre de Facundo. Había sido mi maestra en las clases de los domingos durante toda la escuela primaria. También nos enviaba comida una vez a la semana cuando mamá se puso muy enferma.
—Tengo algo de dinero. Iba a registrarme en un motel. No quiero molestarla.
Facundo dejó salir una risotada. —Si llega a enterarse de que estás en la habitación de un hotel, aparecerá frente a la puerta a formar alboroto. Estarás en su casa cuando termine contigo. Es más fácil simplemente ir a su casa ahora en lugar de causar una escena. Además, Pau, sólo hay un motel en este pueblo. Tú y yo sabemos las muchas citas que han terminado en ese lugar. Enorme factor de asco.
Tenía razón.
—No tienes que llevarme. Iré a verla yo misma. Tienes a Carla esperándote—le recordé.
Rodó los ojos. —No vayas hasta allá, Pau. Sabes más que eso. En un chasquido, nena. Sólo un chasquido de tus dedos. Es todo lo que tomaría.
Me había estado diciendo eso durante años. Ahora sólo era un chiste. Al menos, para mí lo era. Mi corazón no se encontraba allí. Unos ojos plateados aparecieron de pronto en mi mente y el dolor atravesó el entumecimiento. Sabía
dónde se encontraba mi corazón, y no estaba muy segura de si alguna vez volvería a verlo. No si pensaba sobrevivir.
Carmen no dejaría que tuviera un momento de tranquilidad. No dejaría que me asentara. Hoy necesitaba paz. Soledad.
—Facundo. Necesito esta noche para estar sola. Necesito pensar. Procesar todo.
Debo quedarme en el hotel esta noche. Por favor, compréndeme, y haz que tu abuela comprenda. Sólo por esta noche.
Facundo miró por encima de mi cabeza con una mueca de frustración. Sabía que quería hacer preguntas, pero estaba siendo respetuoso. —Pau, odio todo esto. Sé que estás lastimada. Puedo verlo en todo tu rostro. Te he visto lastimada durante muchísimos años. Lentamente me carcome por dentro. Habla conmigo, Pau. Necesitas hablar con alguien.
Tenía razón. Necesitaba hablar con alguien, pero en este momento tenía que preocuparme en lidiar con todo internamente. Eventualmente, le contaré todo lo
que sucedió en Rosemary Beach. Tendré que decírselo a alguien. Facundo era el amigo más cercano que tenía en este lugar.
—Dame algo de tiempo —dije, mirándolo.
—Tiempo. —Asintió—. He estado dándote tiempo durante tres años. No veo qué daño pueda hacer un poco más.
Abrí la puerta de la camioneta y entré. Mañana estaré lista para enfrentar la verdad. Los hechos. Podré hacerlo… mañana.
—¿Tienes teléfono? Llamé a tu antiguo número el día en que te fuiste y me dejaste, y decía que estaba desconectado.
Pedro. Su rostro cuando me rogó que me quedara con el celular del que había mentido, pasó por mi mente. El dolor me atravesó un poco más fuerte.
Sacudí la cabeza. —No. No tengo.
La mueca de Facundo se hizo más pronunciada.
—Demonios, Pau. No deberías estar por ahí sin teléfono.
—Tengo un arma —le recordé.
—Aun así, necesitas un teléfono. Dudo que alguna vez en tu vida amenaces con eso a alguien.
—Allí era donde se equivocaba. Me encogí de hombros—.
Consigue uno mañana —ordenó. Asentí, aunque en realidad no tenía la intención de conseguir uno, luego cerré la puerta tras de mí.
***
Conduje de vuelta hacia la calle con doble camino. Conduje media cuadra hasta el primer semáforo y giré hacia la derecha. El motel era el segundo edificio a la izquierda. Nunca antes me había hospedado allí. Tenía amigos que habían venido aquí luego del baile de graduación, pero eso sólo era parte de una secundaria de la que sólo escuchaba en los pasillos.
Pagar por una noche fue lo suficientemente fácil. La chica trabajando detrás del mostrador se me hacía familiar, pero era menor que yo. Probablemente aún en la secundaria. Tomé mi llave y me dirigí afuera otra vez.
La brillante Range Rover que se encontraba aparcada al lado de mi camión lucía completamente fuera de lugar aquí. El corazón que había pensado entumecido, latió con fuerza dentro de mi pecho con un solo doloroso latido cuando mis ojos se conectaron con los de Pedro. Se encontraba de pie frente a la camioneta con sus manos dentro de sus bolsillos, observándome.
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que bueno fue por ella , que viva el amor
ResponderEliminarQué interesante se está poniendo la novela!! Ojalá puedan hablar y se escuchen mutuamente!! Capítulos tristes, pero muy buenos
ResponderEliminarMe estás jodiendo??!!!! Qué intrigante se está poniendo esta novela!!!!!
ResponderEliminarPor dios, se que estoy sensible pero deboré estos primeros 50 capitulos en unas 2 horas, llore, me angustie, y ahora con ese ultimo parrafo me quede con un gran "aaaaaaaaaaaaaahhhhhhhhh!!!!"
ResponderEliminarEspero que se queden juntos.... ella es un poco testaruda e impulsiva, y él estuvo flojo en no hablar con ella y contarle antes que se enterara de la forma que lo hizo, pero, también es obvio que él esta muerto por ella, viajo siguiendola...
Hermosa historia... no puedo esperar para leer como continúa, pero creo que mi ansiedad me llevara a buscar la original para no tener que esperar....
Gracias por adaptarla y escribir :)