sábado, 23 de noviembre de 2013
CAPITULO 1
Camionetas con lodo en los neumáticos era a lo que estaba acostumbrada a ver estacionadas afuera de una fiesta. No costosos automóviles extranjeros. Este lugar tenía como veinte de ellos cubriendo el largo de la entrada. Estacioné la camioneta FORD sobre la hierba para no bloquear la salida de nadie. Papá no me había dicho que habría una fiesta. En realidad, no me había dicho mucho.
Tampoco se presentó para el funeral de mi madre. Si no necesitara un lugar para vivir, no estaría aquí. Tuve que vender la casita que mi abuela nos había dejado para pagar las últimas facturas médicas de mamá. Todo lo que me quedaba era mi ropa y la camioneta. Llamar a mi padre, después de no haber venido ni una sola vez durante los tres años que mi madre batalló contra el cáncer, Fue difícil. Sin embargo, era necesario; Él era la única familia que me quedaba.
Me quede mirando la casa de tres pisos, la cual estaba sobre la arena blanca de Rosemary beach, Florida. Este era el nuevo hogar de mi padre. Su nueva familia. Yo no iba a encajar aquí.
La puerta de la camioneta fue abierta de repente. Por instinto, metí la mano bajo el asiento y agarre mí nueve milímetros. La levanté y apunté directamente al intruso, sosteniéndola con ambas manos listas para jalar el gatillo.
-Guau… Iba a preguntarte si estabas perdida, pero te diré lo que sea que quieras para que guardes esa cosa.- Un chico con pelo marrón lanudo que caía detrás de sus orejas se encontraba en el otro lado de la pistola, con las manos en el aire y los ojos muy abiertos.
Levante una ceja y sostuve mi pistola fijamente. Aún no sabía quién era este tipo. Abrir la puerta de la camioneta de un extraño no era una manera común de presentarse.- No, no creo estar perdida. ¿es esta la casa de Miguel Chaves?
el chico tragó saliva nerviosamente.- he,no puedo pensar con esa cosa apuntándome a la cara.me estás poniendo muy nervioso,corazón.¿podrías ponerla abajo antes de que tengas un accidente?
¿Accidente? ¿En serio? Este tipo comenzaba a enfadarme.-No te conozco.Está oscuro afuera y estoy en un lugar desconocido,sola.Así que perdóname si no me siento muy segura en este momento.Puedes confiar en mí cuando te digo que no habrá ningún accidente.Puedo manejar un arma.Demasiado bien.
El chico no parecía creerme y ahora que lo miraba bien,Realmente no parecía ser una amenaza.Sin embargo,yo no estaba lista para guardar el arma.
-¿Miguel?-Repitió lentamente comenzando a sacudir la cabeza y luego se detuvo-Espera,Miguel es el nuevo padrastro de Pedro.Lo conoci antes de que el y Giorgina se fueran a Paris
¿París? ¿Pedro? ¿Qué? Esperé por una explicación, pero el tipo siguió
mirando el arma y conteniendo la respiración. Manteniendo mis ojos en él, bajé el
arma y puse el seguro antes de volverla a meter debajo de mi asiento. Tal vez con
la pistola ya guardada el chico se enfocaría.
—¿Tienes un permiso para esa cosa? —preguntó con incredulidad.
No estaba de humor para hablar sobre mi permiso de portar armas.
Necesitaba respuestas. —¿Miguel está en París? —pregunté, necesitando
confirmación. Él sabía que yo iba a venir hoy. Hablamos la semana pasada después
de que vendí la casa.
El tipo asintió con la cabeza y relajó su postura. —¿Lo conoces?
En realidad, no. Lo había visto dos veces desde que nos abandonó a mi
madre y a mí hace cinco años. Recordaba al padre que iba a mis partidos de fútbol
y hacía hamburguesas a la parrilla fuera de las fiestas del vecindario. El padre que
tuve hasta el día en que mi hermana gemela Valeria murió en un accidente
automovilístico. Mi padre iba detrás del volante. Él cambió totalmente ese día. El
hombre que no llamaba y se aseguraba de que yo estaba bien mientras cuidaba de
mi madre enferma, a ése no lo conocía. Nada en lo absoluto.
—Soy su hija, Paula.
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